Confía en el tiempo.

El aún joven dragón se desperezó, estirándose de la cabeza a los pies. Adoraba el olor de las flores que el viento mecía, para dejarlas caer sobre las cristalinas aguas del lago. Se revolcó sobre la hierba, aún mojada por el rocío de la madrugada, y dejó escapar un aullido de placer.

De entre sus alas extendidas, la cabeza de un hombre con el pelo revuelto se incorporó, presuroso, con la mirada confusa de quien despierta de un largo sueño. Argaloth dejó caer su cabeza frente a él, observándole con sus enormes y cristalinos ojos azules.

El hombre acarició su morro, sonriendo.

-Aún es temprano. No te pongas triste, aún no tengo que volver. Me quedaré un rato más.
Argaloth levantó la cabeza y se incorporó, enérgico.

-Volemos, Arturo.

La mirada del joven príncipe se ensombreció levemente.

-La corte ya se ha levantado, hermano. Me temo que podrían vernos.

Argaloth volvió a dejarse caer sobre la hierba, con los ojos cristalinos. Arturo volvió a acariciarle, sonriendo amargamente.

-¿Siempre será así? No le deseo mal a nadie. ¿Por qué me temen?

-Porque no te entienden, Argaloth. Si tan sólo ellos pudieran verte de la manera que yo lo hago, aprenderían que tienen la oportunidad de ver a la más hermosa y noble de las criaturas, verían la belleza de todo lo que llevas en tu interior.

Argaloth emitió un gruñido de sollozo, golpeándole levemente con su cabeza.

-Cuando yo sea rey, será diferente. Confía en el tiempo, hermano, pues es nuestro aliado en esta batalla, y en la paciencia, que resultará ser nuestra mejor arma.

-¿Cuándo volverás?

-Esta noche, si todo va bien. Ve a la cueva cuando me vaya y refúgiate allí hasta mi regreso.

-Temo que un día no vuelvas, Arturo.

El príncipe le miró a los ojos, ahogándose en la cruda pena que éstos reflejaban, como si una enorme losa de piedra le apretara el pecho sin piedad.

-Siempre volveré a por ti. Jamás lo dudes. No existe lugar alguno en el que yo desee estar si no es contigo.

Argaloth le acarició con la cabeza, reconfortado en el cálido abrazo de Arturo.

-Me siento solo cuando te vas. A veces los pastores pasan cerca de mi cueva y tengo miedo, Arturo, temo que un día entren y me vean. Querrán hacerme daño.


-No debes preocuparte. Tengo fe, Argaloth. Hoy los días parecen oscuros, pero llegará el día en que sobrevolemos juntos esta tierra bajo la luz del sol. 


For Life

Habrá gente que pase por tu vida y pase desapercibida. Les darás importancia un día y creerás que nunca les olvidarás, pero al día siguiente te sorprenderás a tí mismo sin ningún recuerdo importante sobre ellos. 
Pocos hay que dejen huella, y pocos hay que se claven en tu memoria, invocándose a sí mismos en tu mente para darte ejemplo y fuerza para seguir. Hay personas que pasarán por delante de tus ojos y que nunca, nunca, podrás dejar de mirar.
Y entonces sólo podrás esperar que seas de ese tipo de personas que no se olvidan, y que también tu aparezcas en su cabeza, y le des fuerzas en los momentos más difíciles.
Hay personas cuyo simple nombre te evocan sentimientos especiales. Nombres que escribirás junto al tuyo, en la nieve o en la arena, y nombres que serán pronunciados junto a otros.
Pero no importará nunca, porque algún día habrán pasado ante tí, y se habrán parado a mirarte. Y eso, valdrá la pena por sí sólo.

Escribiré tu nombre junto al mío en la nieve, Leslie.


El precio de la victoria

Quedaron de él cinco escamas: las lágrimas del Rey Dragón estremecieron la Tierra. Con su hermano, murió también gran parte de su corazón.




 

 

 

La caída del Rey

Con él se fue el calor que todos guardábamos en el corazón. Nuestra sangre se congeló con un llanto nacido de lo más profundo de un dragón, y la tristeza y la ira por la pérdida dejaron huella en aquel lugar, protegiendo todo lo que quedaba de él por los siglos de siglos.



 

 La muerte de Bludger

Si tengo que morir, que sea donde nací. En tus brazos, hermano.






 

 

 

Hasta Siempre Marvin

La muerte es como caer dormido bajo la sombra de un gran árbol. Y como todas las veces que dormía, sólo deseé soñar contigo.




 

 

 

El niño y su hermano

Tengo miedo. ¿Por qué estoy solo? ¿Dónde está? Tengo que ir a buscarle. Babas también está sólo.




 

 

El adiós de Hagrid

Lo peor de ese lugar no es lo que todos creen. Lo peor es la soledad. Ni siquiera tus propios recuerdos pueden ayudarte a sentirte un poco menos sólo. No es lugar para un hombre abatido.




 

El sacrificio de Morgana


Habla y muere.






 

La cuchilla de Ágata


Respira profundo. Ahora la herida sangra y duele, pero pronto estarás con ella. Ya ha pasado todo, Brian.





 

 

El unicornio de Draco


Yo derramaré mi sangre y tú derramarás tus lágrimas, pero nada será tan eterno como tu muerte.




 

 La Bella Durmiente


Cerraría los ojos para siempre si así tú abrieras los tuyos, princesa.





A través de los siglos







-Respira, Arturo.

-Tranquilo, hermano. Hoy es tragedia, pero lo que nos depara el mañana, no podemos saberlo.

Trust me.




Demasiado tarde.

 

 

Breathe.



"Cuando tienes tu primera amiga a la que le cuentas todo, cuando consigues ayudar a
alguien, cuando te dan un abrazo en un momento de tristeza, o cuando
te ríes a carcajadas, estás viviendo, estás viendo la vida como
realmente es. Preciosa. Pero por desgracia, también hay cosas malas,
como entre las criaturas que hay algunas malas, entre nosotros los
humanos también."

Dear Mary





"Querida Mary del futuro:

Espero que ya tengas el pelo más largo. Por favor, recuerda no volver a dejar a mamá que te corte el pelo.

Tal vez a estas alturas ya estés en cuarto año. O incluso séptimo. No, séptimo no, si estuvieras en séptimo no tendrías tiempo de leer nada. Lo siento por tí.

Ojalá pudiera saber qué estás haciendo. Saber qué has descubierto. Saber dónde has estado.

Sólo sé que yo desde aquí labraré tu presente. Estoy trabajando duro para que tú puedas decir que estás orgullosa de tí misma.

Me pregunto qué pensarás si miras atrás. Si ves a la yo de ahora, ¿qué piensas?
"

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